SEICAP MADRID 2014 - page 221

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subcutánea, sino que además los niveles
sanguíneos más elevados se obtenían si
se administraba en el muslo en compara-
ción con el deltoides. Dejaba la opción de
la adrenalina vía intravenosa para aquellos
casos de pacientes con anafilaxia asocia-
da a hipotensión o fallo cardíaco que no
respondieran a la adrenalina intramuscu-
lar o precisaran de administrar líquidos
expansores durante las maniobras de re-
sucitación. Así la dosis sería de 0,2 µgr/kg
en caso de hipotensión hasta 0,5 µgr/kg en
caso de fallo cardíaco.
(5)
Las nuevas directrices de la EAACI se posi-
cionan claramente en la adrenalina
como indicación de primera línea para el
tratamiento de urgencia de la anafilaxia,
asimismo respaldado por directrices de
otros órganos como la WAO, NIAID Expert
Panel, ICON Food Allergy, AAACI.
Sin embargo la realidad es que la adrena-
lina sigue siendo infrautilizada. Comparan-
do diferentes países de la UE, no se supera
el 25% de pacientes con anafilaxia que son
tratados con adrenalina, y esta situación
no mejora en el tiempo, con cifras muy si-
milares entre los años 2008-2011.
Los autoinyectores son el método preferi-
do para administrar la adrenalina, así:
1.
El rápido inicio de la anafilaxia re-
quiere la gestión de primeros auxi-
lios in situ, pues la mayoría de las
ocasiones no hay tiempo de tras-
ladar al paciente al hospital para
que se le administre la adrenalina,
y ésta debe ser administrada in-
mediatamente tras la exposición al
alérgeno.
2.
La anafilaxia es un suceso impre-
decible, por ello los autoinyectores
deben tener un diseño fuerte, fáci-
les de usar y transportar para per-
mitir el tratamiento en cualquier
momento y lugar.
3.
Los autoinyectores de adrenalina
deben estar diseñados para adminis-
trar la adrenalina vía intramuscular
con el fin de alcanzar la circulación
rápidamente y producir efectos far-
macológicos, además de usar siem-
pre una dosis prefijada de adrenalina
evitando así errores de sobre o infra
dosificación dado el estrecho mar-
gen terapéutico de la adrenalina.
Para desarrollar los dos últimos ítems, el
diseño de un autoinyector debe tener en
cuenta una serie de factores ergonómicos
para que su uso sea seguro. Así se deben
diseñar los mecanismos de inyección y
tener en cuenta los factores human os re-
lacionados con la activación, posiciona-
miento y mantenimiento del dispositivo
mientras se produce la autoinyección. En
términos de mecanismos eficaces, el dis-
positivo debe administrar el fármaco en el
muslo del paciente penetrando en el tejido
muscular. La profundidad a la que el fár-
maco penetra depende de la longitud de
la aguja, de la presión a la que se inyecta
el fármaco, de la fuerza aplicada a la aguja
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