Formación integral
C
uando llega tercero y cuarto
de ESO, nuestros alumnos se
enfrentan a su primera elec-
ción seria de tipo curricular pues
llega el momento de pensar en su
formación de cara al mundo laboral.
En esta etapa pueden y deben surgir
dudas pero no debemos coartar su
libertad de elección. Debemos ra-
zonar con ellos, haciéndoles ver sus
virtudes y defectos para que elijan
con serenidad y no impulsados por
las opciones de amigos de toda la
vida a los que creen no volver a ver,
y que en realidad están al otro lado
de la pared. Ese es uno de los proble-
mas en esta etapa pues las relaciones
sociales son tan importantes que nu-
blan el horizonte de muchos ellos.
Es posible que, tras cursar una mo-
dalidad en 4º, decidan cambiarla en
Bachillerato porque no es lo que es-
peraban. Y aunque lo pueden hacer,
no deben menospreciar las dificul-
tades del cambio, puesto que han
dejado de cursar asignaturas que,
aunque no supongan un problema
insalvable, significarán un esfuerzo
suplementario en 1º de Bachillerato.
En todo caso, elijan la opción que eli-
jan, no deberían desaparecer aptitu-
des como, por ejemplo, la capacidad
para narrar y contar historias que,
como profesor de Lengua y literatu-
ra española, descubro con agrado
en muchos de mis alumnos indistin-
tamente de la modalidad cursada y
que, tanto desde casa como desde la
escuela, debemos fomentar.
Cada persona, cada alumno, tiene
unas capacidades y trabajamos con
la intención de conseguir el máximo
de cada uno de ellos aplicando todos
los recursos de los que disponemos.
Felizmente, la mayor parte de los re-
sultados académicos no solo resultan
suficientes sino que son, en líneas ge-
nerales, brillantes cuando finalizan la
ESO o el bachillerato. Prueba de ello
son los premios a la excelencia que
nuestros alumnos han conseguido,
incluso a nivel nacional.
Viendo a mis alumnos durante los
exámenes compruebo sus preocupa-
ciones y angustias. Sus caras reflejan
el esfuerzo realizado y anhelan un
justo premio al mismo. Creo que la
mayoría, en estos últimos cursos, ya
empieza a ser consciente de los re-
sultados que obtendrá, antes incluso
de que lleguen las notas pues cono-
cen su esfuerzo y la exigencia de sus
profesores. En ocasiones, parece que
únicamente importa esta parte aca-
démica cuantificable y que otras con-
sideraciones están al margen. Pero,
para nosotros los educadores, se tra-
ta de otro aspecto de su formación.
El factor humano es igual de impor-
tante. Lo cuidamos y alentamos para
seguir mejorándolo porque el rendi-
miento escolar, aunque muy impor-
tante, no es siempre lo fundamental
y, por ese motivo, nuestro Colegio es
querido por los que estudiaron aquí.
Porque aquí, al margen de las angus-
tias o alegrías del sobresaliente o el
insuficiente, hay unas vivencias que
se llevarán en lo más hondo de su ser.
Creo sinceramente que debemos
continuar por este camino ya que
una educación “integral” dará como
resultado personas solidarias, res-
ponsables y preocupadas por su
futuro y formación. En cambio, si el
trabajo es exclusivamente académi-
co no tenemos garantías de obtener
ese ideal humano que perseguimos
y que nos diferencia de otros centros
de enseñanza.
Trabajamos con personas de las que
intentamos conseguir responsabili-
dad e inquietudes trascendentes. Y
no siempre resulta fácil porque en
esta etapa de sus vidas, a veces no
es posible interactuar con persona-
lidades en formación y, en algunos
casos, en franca rebeldía contra lo
establecido por los adultos que les
rodean. Pero no desistimos. Persisti-
mos y necesitamos de un trabajo co-
mún entre padres y profesores para
conseguirlo.
n
Ángel José Sanchis Valverde
61
Agustinos de Valencia •
Anuario 2013-2014
www.
agustinos
-valencia.net
