Reforma permanente
y estabilidad
Coordinador de Secundaria
C
on una sensación de estar per-
manentemente en medio de una
reforma educativa, empezando
una nueva ley cuando apenas terminá-
bamos de implantar la anterior y a sa-
biendas de que empezaremos otra an-
tes de implantar la nueva se crea en los
colegios una predisposición al rechazo
de cualquier ley o normativa que se nos
imponga por la administración.
Convendría recordar que la escuela es
la que debe estar en reforma perma-
nente, evolucionando, llevando la ini-
ciativa en todo aquello que signifique
cambio en el sistema educativo antes
de que se nos venga impuesto por ley,
debemos resolver problemas y plan-
tearnos las soluciones que nos presenta
una sociedad que cambia permanente-
mente, adaptándose a un entorno que
a su vez se adapta a situaciones nuevas.
Compartiendo y transmitiendo expe-
riencias con otros centros y formándose
permanentemente, la escuela plantea y
busca soluciones a situaciones nuevas,
a nuevos retos, a cambios necesarios y
siempre en un paraguas legal que nos
proporciona la administración.
Y el legislador, que no hay que olvidar
que está al servicio de la sociedad y no
a la inversa, es el que debe procurar, es-
timular y apoyar cuantas iniciativas es-
tén orientadas a este fin y modificar la
ley correspondiente cuando las nuevas
situaciones lo demanden.
Son muchos los entornos posibles en
distintos centros educativos, son muy
dispares las formas de entender la edu-
cación, pero es muy necesario llegar a
acuerdos y definir principios sólidos y
aspectos generales y esenciales en los
que quepamos todos y que den una
necesaria estabilidad legal. Sólo así po-
dremos hablar de reformas educativas
estables, sólo así podemos crear una
permanente reforma ordenada y lógica
que no venga impuesta por ley y si des-
de la iniciativa de quienes viven día a día
el problema de la educación.
Cuando la mejora es tarea y respon-
sabilidad de todos, se pueden evitar
corrientes enfrentadas y reformas con
fines ideológicos y políticos, podemos
evitar introducir nuevos términos y
conceptos que ya existían pero con di-
ferente denominación, podemos evitar
muchas horas de estudio y adaptación
inútiles y una corriente de enfrenta-
miento a todo lo que supone cambio.
¿Algún día será posible?
n
Santiago Boix Ferrero
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Agustinos de Valencia •
Anuario 2013-2014
Colegio Sto. Tomás de Villanueva
