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Agustinos de Valencia •
Anuario 2013-2014
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bres en las mesas. Fuisteis considerando
las distintas ramas del saber no como
una imposición sino como una venta-
na al porvenir. Comprendisteis que la
lectura, como decía Gabriel Celaya, “es
un arma cargada de futuro” para com-
batir la intolerancia, el autoritarismo,
la hipocresía y la corrupción en la que
estamos inmersos. Todo esto lo fuisteis
aprendiendo ayudados también por ese
grupo de chicos y chicas procedentes de
otros centros a los que todos les debe-
mos la transmisión de sus experiencias
educativas anteriores y la conciencia de
que hay otras formas de concebir la edu-
cación, la didáctica y la vida.
Para cada uno de vosotros y de noso-
tros todos estos momentos tuvieron un
valor y un significado diferente, “depen-
diendo de la circunstancia” como decía
Ortega. Estamos abocados a ir cerrando
capítulos, a pasar hojas de nuestra histo-
ria personal, a terminar con etapas o con
momentos de la vida y seguir adelante
con altura de miras. Recordad las pala-
bras de S. Agustín: “Por muy lejos que
hayamos llegado, el ideal está siempre
más alla”.
Pero ahora, queridos alumnos, deje-
mos de recordar y pasemos al futuro, sí,
al futuro porque dicen los científicos y
filósofos que el presente no existe, aun-
que yo nunca lo he entendido, con lo su-
gestivo que suena el “Carpe diem”.
Respecto al futuro, pese a que ya es
casi un tópico de estos discursos de des-
pedida hacer referencia a Ítaca, aquel
precioso poema del griego Kostantinos
Kavafis, no puedo dejar de leeros los úl-
timos versos porque son una lección de
vida:
Ten siempre en tu mente Ítaca.
Ítaca te dio el bello viaje.
Llegar allí es tu destino. Sin ella no
hubieras emprendido el camino
Pero no apresures el viaje en absolu-
to. pero ya no tiene nada que darte.
Mejor que muchos años dure
y que, ya anciano, arribes a la isla, Y,
si la encontraras pobre, Ítaca no te en-
gañó.
Rico con cuanto ganaste en el cami-
no Tan sabio has devenido, con tanta
experiencia,
sin esperar que Ítaca te dé riquezas.
ya habrás comprendido lo que signifi-
can las Ítacas.
Seguramente que la palabra que
mejor define lo que sentís hoy es IN-
CERTIDUMBRE. Los antiguos griegos,
cuando querían saber lo que el futuro
les depararía, acudían a consultar el orá-
culo de Delfos y nos cuenta Platón que
había personas que al llegar a Delfos
interpretaban la inscripción “Conócete
a ti mismo” como un consejo del dios y
no como lo que es, un saludo del dios.
Parece que con estas palabras mistéricas
Platón pretende decirnos que el saber
sobre uno mismo es un saber divino.
Saber sobre nosotros mismos nos
hace crecer, nos impulsa al futuro, nos
lanza al proyecto… Toda nuestra vida se
alimenta de proyectos. Ahora, en estos
precisos momentos, ya sois un proyec-
to en ciernes: proyecto de abogado, de
ingeniero, de médico, de periodista, de
economista… Hagáis lo que hagáis, no
perdáis de vista lo esencial, vuestra Ítaca:
ser lo que hayáis elegido ser. Estudiad lo
que os guste: el éxito en cualquier profe-
sión reside en lo que haya de vocación en
ella y eso se medirá en función de vues-
tra identidad e inquietud. Reconoceos
en el camino que vais a emprender y no
apresuréis el viaje, buscad la verdad en
los escollos del viaje y en la pobreza de
Ítaca. Lo esencial es que en esa INCERTI-
DUMBRE encontréis vuestra identidad.
Hoy, queridos alumnos, como una
metáfora del espacio y del tiempo, estáis
aquí delante pero echad la vista atrás, no
al pasado, no, sino a vuestros abuelos y
padres que ufanos y orgullosos de voso-
tros y de lo que ya habéis conseguido,
que es mucho, están ahí sentados y van a
ser hasta el final vuestra carrera, vuestro
Erasmus, vuestro máster en seguridad,
en sabiduría, en experiencia. No escati-
méis ni dejéis pendientes conversacio-
nes con vuestros abuelos, ellos os unen
a la historia y a la vida y os templarán el
carácter casi mejor que vuestros padres.
A mí, después de 30 años, aún me san-
gra la herida por las conversaciones de
política, de fútbol, de la guerra que dejé
a medias con mi abuelo. Solo lo disfruté
hasta mis 20 años.
Aquella mano contundente y se-
gura que hace 12 años aferraba vues-
tra manita temblorosa sigue y seguirá
siempre apretando y cada día esperará
paciente ese apretón del hijo que tanto
conmueve a una madre y a un padre.
Vuestros padres serán siempre el puer-
to más apacible y seguro de vuestras
Ítacas.
Los romanos, tras la consecución
de una victoria, la realización de una
empresa ardua como la que vosotros
habéis realizado, exclamaban “Nunc est
bibendum” (Ahora hay que beber). No
lo toméis literalmente pero disfrutad de
vuestros éxitos: lo merecéis.
Permitidme que me despida de
vosotros con la lectura de un precioso
texto sobre cuyo origen no se ponen de
acuerdo los estudiosos. Creo que puede
ser un bonito colofón a estos 12 años. El
texto se titula Desiderata, “Deseos”en la-
tín, y simboliza mis deseos y los de todos
los profesores de Agustinos para vuestra
nueva singladura y para vuestra vida.
“DESIDERATA”
ANDA siempre tranquilo entre el rui-
do y la prisa,
y recuerda qué paz puede haber en
el silencio.
En cuanto sea posible, sin rendirte,
mantén buenas relaciones con todas las
personas.
Enuncia tu verdad de manera serena
y clara,
Y escucha a los demás, incluso al tor-
pe y al ignorante,
Porque también ellos tienen su pro-
pia historia.
EVITA a las personas ruidosas y agre-
sivas,
pues son un fastidio para el espíritu.
Si te comparas con los demás, te vol-
verás vano y amargado,
porque siempre habrá personas más
grandes y más pequeñas que tú.
DISFRUTA de tus éxitos lo mismo que
de tus planes.
Mantén el interés en tu propia carre-
ra por humilde que sea,
pues es un verdadero tesoro en el
fortuito cambiar de los tiempos.
SÉ CAUTO en tus negocios, pues el
mundo está lleno de engaños,
mas no dejes que esto te vuelva cie-
go para la virtud que existe:
hay personas que se esfuerzan por
conseguir nobles ideales,
en todas partes la vida está llena de
heroísmo.
SÉ SINCERO contigo mismo,
en especial no finjas afectos y no
seas cínico en el amor,
pues en medio de todas las arideces
y desengaños, es perenne
como la hierba.
ACATA dócilmente el consejo de los
años, abandonando
con donaire las cosas de juventud.
CULTIVA la firmeza del espíritu para
que te proteja en las
adversidades repentinas,
mas no te acongojes con imaginacio-
nes: muchos temores nacen de
la fatiga y la soledad.
JUNTO a una sana disciplina, sé be-
nigno contigo mismo.
TÚ eres una criatura del universo, no
menos que las planta y las
estrellas.
Tienes derecho a estar aquí
y, te resulte evidente o no, sin duda
el Universo se desenvuelve
como debe.
MANTENTE en paz con Dios, de cual-
quier forma que lo concibas;
y sean cualesquiera tus trabajos y as-
piraciones, conserva la paz
con tu alma en la bulliciosa confu-
sión de la vida.
Con toda su farsa, penalidades y sue-
ños fallidos, este sigue siendo
un mundo hermoso.
SÉ cauto.
ESFUÉRZATE en ser feliz.
Muchas gracias por los momentos
compartidos. Hasta siempre.
n
