C
uando abrimos las ventanas de
nuestros ojos para ver cómo
podemos conseguir lo que ne-
cesitamos, nunca llegamos al término
pues nuestras necesidades son ilimi-
tadas. Si además nos dejamos mover
por el mundo de los intereses econó-
micos de multitud de grupos y empre-
sas, por ejemplo de la moda, entonces
se multiplican nuestras expectativas
con una gran carga de inútiles gastos,
pero que nos les pintan como necesa-
rios.
Es una forma de organizar nuestra
vida que sin querer nos lleva a una
actitud de utilizar a los demás para
colmar esas necesidades unas reales
y otras creadas. La imagen de la Torre
de Babel nos ilustra desde la antigüe-
dad el destino del enfrentamiento y
ruina del ser humano, porque nunca
puede satisfacer esa fantasía de felici-
dad acaparando.
Abrir los ojos también para ver a
otras personas con sus necesidades,
sus aspiraciones humanas, etc. es
condición para dar una cualidad hu-
mana y cristiana a nuestra vida. El ser
humano es imagen de Dios “Nos hi-
ciste Señor, para ti y nuestro corazón
está inquieto hasta que descanse en
ti”, decía San Agustín. La felicidad no
depende sólo de las riquezas y pose-
siones, sino sobre todo del amor que
seamos capaces de vivir como imáge-
nes de Dios, que es Amor.
En la Familia, entre amigos, en las
comunidades (colegio), en la ciudad,
en el mundo estamos siendo nosotros
mismos, si queremos desarrollarnos
desde la raíz, hemos de conocernos,
para saber cuál es nuestra esencia,
y trascendernos que es superarnos
en ciencia, sabiduría, posesiones… y
sobre todo en amor que es lo que se
juega en las relaciones con Dios y los
demás.
La solidaridad es abrir nuestras ven-
tanas para mantener esa visión propia
y de los demás, y mover el corazón
desde el amor “Ama y haz lo que quie-
ras”. De la raíz del amor, dice San Agus-
tín, sólo puede salir el bien. La familia
es la primera gran escuela, enseñar a
amar es enseñar a vivir y ser feliz. Pero
también desde ahí hemos de abrir los
ojos para seguir amando, pues el amor
no está cautivo, siempre se expande
más y más, ha de llegar a los compa-
ñeros del colegio, a los conciudada-
nos, a todo ser humano que siempre
está al alcance de la vista si abrimos
de verdad nuestros ojos. Cada uno
es feliz si ama, cada familia es feliz si
ama, cada comunidad es feliz si ama…
¡Gracias a todos por los ejemplos de
solidaridad!
n
2013-14, Un curso para la solidaridad
Dpto. Solaridad
15
Agustinos de Valencia •
Anuario 2013-2014
www.
agustinos
-valencia.net
