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¡Adiós, Benedicto XVI!
N
ormalmente, en los lugares públi-
cos católicos solemos tener una
foto oficial del papa. En estos días ten-
dremos que quitar la foto que quitar la
foto de Benedicto XVI y sustituirla por
la del nuevo pontífice. Cuando se fue
Juan Pablo II muchos pensaron que
nunca podrían entusiasmarse tanto con
un papa como con él. Llegó Benedicto
XVI y ya desde la primera imagen en el
balcón de san Pedro nos entusiasmó con
sus gestos. En realidad el que entusias-
ma es el Señor. Un texto de la Palabra
de Dios comienza diciendo,
“Acordaos
de vuestros dirigentes, que os hablaron la
palabra de Dios; considerad cuál haya sido
el resultado de su conducta, e imitad su
fe”.
(Hebreos 13,7). Recordamos aún a
Benedicto XVI, pero no con nostalgia,
sino con alegría. Benedicto XVI nos ha
enseñado lo que es ser cristianos. No ha
hablado de moral, ni de ideas, ni de doc-
trinas. Toda su predicación ha sido so-
bre Jesucristo, sobre la fe. Sus encíclicas
han sido sobre las virtudes teologales,
Fe (es la que falta), Esperanza y Caridad.
Nos ha hablado de la fe como algo que
ocurre en nuestra vida, como una ini-
ciativa de Dios, de su Amor. No como
iniciativa nuestra. Ha puesto en el cen-
tro a Jesucristo y ha invitado al mundo
entero, ¡también a los hijos de la Iglesia!
al encuentro personal con él. El Relati-
vismo que está conduciendo al mundo a
su autodestrucción ha tenido un freno
firme en las enseñanzas del Papa.
¡BIENVENIDO, PAPA FRANCISCO!
Con el Papa Francisco nos hallamos
ante un papa que indiscutiblemente ha
roto moldes: el primer papa america-
no, el primer papa argentino, el primer
papa jesuita, el primer papa llamado
Francisco. Se puede decir también que
será, con toda probabilidad, el primer
papa de la historia cuya lengua mater-
na sea el español. Dicen de Bergoglio
que es humilde, “que es un
tipo buena
onda
y
no va de prepo
, que en Buenos Ai-
res es relativamente fácil encontrárselo
en el
subte
o
agarrando
un
colectivo,
que
tiene
llegada
con los
pibes
y que en su
arquidiócesis
ha formado un ejército de
sacerdotes para predicar en las
villami-
serias,…”
“Ha llegado un estilo nuevo
al papado”, decía el portavoz vaticano,
Federico Lombardi. Cierto, ha llegado
un hombre que está interpelando, con
sus palabras y obras, a creyentes y no
creyentes. Que en pocos días ha conse-
guido ilusionar a muchos. Un hombre
que, con valentía, nos está mostrando
un camino a seguir, completamente di-
ferente al que nos propone la cultura de
hoy. Ahora nos toca a nosotros fiarnos
y acompañar a nuestro pastor, porque
la tarea de la Iglesia sigue siendo de to-
dos. ¡Bienvenido, Francisco!
n
Revista Informativa de A.M.P.A.
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