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Revista Informativa de A.M.P.A.

SIEMPRE ES NAVIDAD

M

adres, padres, hijos, her-

manos, abuelos… y demás

FAMILIA, os recuerdo que hoy y

siempre es Navidad. Y lo sabéis.

Pero, escúchame…

¿Qué más te puedo decir? ¿Qué

te puedo contar? ¿De qué te

puedo hablar? ¿Cómo te lo hago

saber?... Que estamos en Navi-

dad, sí, aunque falten unos días

para el 25 de diciembre, aunque

aún no hayamos vivido el cuar-

to domingo de adviento, ¡ya es

Navidad!... Y “echamos la culpa”

a los comercios, a la televisión y

a internet, pero somos nosotros

los que formamos parte de dicho

montaje, porque mandamos fe-

licitaciones, digitales y en papel,

mucho antes de Navidad, porque

compramos y vendemos loterías

para nuestras buenas obras ca-

ritativas, religiosas, culturales y

sociales, mucho antes de que lle-

gue Navidad, porque cantamos

villancicos y comemos turrón (di-

cen que sabe mejor) antes de la

Navidad… Todo este torrente en

crecida no lo podemos detener ni

obviar ni rechazar, porque: Siem-

pre es Navidad; porque sencilla-

mente y al menos en nuestros

colegios la gente ya no estará; y,

sobre todo, porque un gran mis-

terio como el de la Navidad es tan

aleccionador, tan esperanzador y

tan ilusionante que todos debe-

mos comprenderlo y aceptarlo en

toda su inmensidad.

La liturgia nos marca un ritmo,

unos momentos y unos tiempos,

y sin perder su esencia bien pode-

mos saborearlo aprovechando su

sabor, su magia y su resplandor

que se hace camino en el Advien-

to, vida en la Natividad y com-

promiso cada día en nuestra so-

ciedad. El misterio de la Navidad

nos convoca puntualmente para

celebrar la Encarnación de Dios

en su Hijo, el Mesías y Señor. Y su

esencia nos lleva a revivirlo cada

vez que tantos necesitados (en

cuya presencia Él está) llaman a

nuestra puerta en busca de posa-

da, calor, cariño, tiempo y amis-

tad. Ahí en ese Dios encarnado

cada día es donde nosotros debe-

mos responder, y si bien lo hace-

mos será Navidad. Porque al igual

que la muerte y resurrección de

Jesucristo la revivimos cada día

en el altar de la eucaristía, su en-

carnación también sigue estando

presente en el pobre y necesitado,

en el que vive solo o abandonado,

en el que resulta difícil sobrevivir

y en el que parece estar perdido.

En todos Él está. ¡Feliz Navidad,

Familias, hoy y siempre!

P. Juan Manuel Paniagua

Dpto. Pastoral

PASTORAL