ANUARIO AGUSTINOS 2012-2013 - page 2

2
Agustinos de Valencia
·
Anuario 2012-2013
www.
agustinos
-valencia.net
C
olegio Sto. Tomás de Villanueva
H
oy está de moda hablar de valo-
res, pero ¿qué entendemos por
valor? Cuando hablamos de valor
nos estamos refiriendo a una excelencia
o una perfección. La práctica del valor
desarrolla la humanidad de la persona,
mientras que el contra valor lo despoja
de esa cualidad. Desde el punto de vista
socio-educativo, los valores son consi-
derados referentes, pautas y metas que
orientan el comportamiento humano
hacia la transformación social y a la reali-
zación de la persona.
¿Cómo valora
la educación al ser
humano? A la hora de valorar al ser hu-
mano incluimos una compleja serie de
condiciones intelectuales y afectivas
que suponen: La toma de decisiones, la
estimación y la actuación. Las personas
valoran al estimar y elegir una cosa en
lugar de otras, al formular metas y pro-
pósitos personales. Las valoraciones se
expresan mediante creencias, intereses,
sentimientos, convicciones, actitudes,
juicios de valor y acciones. Desde el
punto de vista ético, la importancia del
proceso de valoración deriva de su fuer-
za orientadora en aras de una moral del
ser humano.
¿Qué papel tiene la familia en la
educación de valores?
Descubrir la
raíz que hace a la familia el lugar ideal
para forjar los valores, es una meta al-
canzable y necesaria para lograr un
modo de vida más humano, que poste-
riormente se trasmitirá naturalmente a
la sociedad entera. El valor de la fami-
lia va más allá de los encuentros habi-
tuales e ineludibles, los momentos de
alegría y la solución a los problemas a
los que cotidianamente se enfrentan.
El valor nace y se desarrolla cuando
cada uno de los miembros asume con
responsabilidad y alegría el papel que
le ha tocado desempeñar en la fami-
lia, procurando el bienestar, desarrollo
y felicidad de los demás. El valor de la
familia se basa fundamentalmente en
la presencia física, mental y espiritual
de las personas en el hogar, con dispo-
nibilidad al diálogo y a la convivencia,
haciendo todos un esfuerzo por culti-
var los valores en la persona misma, y
así estar en condiciones de trasmitirlos
y enseñarlos.
Lo primero que debemos combatir en
una familia es el egoísmo a la hora de vivir
en esa pequeña comunidad. Si en una fa-
milia prevalece ¿quién tendrá la iniciativa
de servir a los demás? No se puede pre-
tender que los hijos entiendan que deben
ayudar, conversar y compartir tiempo con
los demás, cuando los mismos padres no
les dan testimonio de esto.
Es importante recalcar que los va-
lores se viven en casa y se trasmiten a
los demás como forma natural de vida,
es decir, dando ejemplo como se ha di-
cho anteriormente. Para esto es funda-
mental la acción de los padres, pero los
pequeños y jóvenes con ese sentido co-
mún tan característico pueden dar ver-
daderas lecciones de cómo vivirlos en
los más mínimos detalles.
Por otra parte, muchas son las familias
que han encontrado en la religión y en las
prácticas de piedad, una guía y soporte
para elevar su calidad de vida, y formar la
conciencia para vivir los valores humanos
de cara a Dios y en el servicio a los seme-
jantes. Por lo tanto, en la fe se encuentra
un motivo más elevado para formar, cui-
dar, y proteger a la familia.
Pensemos que todo nuestro alrede-
dor cambiaría y las relaciones serían más
cordiales si los seres humanos nos preo-
cupáramos por cultivar los valores en la
familia. Cada miembro, según su edad y
circunstancias personales, sería un ver-
dadero ejemplo, un líder, capaz de com-
prender y enseñar a los demás la impor-
tancia y la trascendencia que tiene para
sus vidas la vivencia de los valores, los
buenos hábitos, virtudes y costumbres.
Toda familia unida es feliz sin impor-
tar la posición económica, los valores no
se compran, se viven y se otorgan como
el regalo más preciado que podemos
dar. No existe la familia perfecta, pero sí
aquellas que luchan y se esfuerzan por
lograrlo.
Tenemos que educar a los hijos en el
amor a Dios sobre todas las cosas y dar-
les ejemplo, pues ahí está la clave para
una educación rica en valores y virtudes,
pues de nada nos sirve la educación con
la pura palabra si no va acompañada de
las buenas obras. Teniendo en cuenta
que son las virtudes humanas y las teo-
logales el soporte que ayuda a la convi-
vencia en el hogar.
Sabemos muy bien que para edu-
car en algo debemos primero saber y
hacer nuestro lo que vamos a enseñar
para que así se nos haga más fácil a
nosotros y a los que vamos a enseñar,
es por esta razón que conviene tener
como primacía en nuestras vidas un
fuerte arraigo en las virtudes espe-
cialmente aquellas que garantizan en
nuestros hijos una vida feliz y llena de
armonía y amor.
El Colegio no sustituye a la educa-
ción familiar, solamente la complemen-
ta. Por eso los Padres tienen el derecho
y la obligación de escoger para sus hijos
aquel colegio que pueda enriquecer
aquellos valores que ellos desean para
sus hijos.
Habéis elegido para vuestros hijos el
Colegio Santo Tomás de Villanueva y le
exigís que además de tener buena cali-
dad intelectual, forme a vuestros hijos en
valores humanos, cristianos y agustinia-
nos, pues cuando los habéis matriculado,
habéis recibido el Ideario de este Colegio,
o, al menos os han informado de él. En
ese
Carácter propio de los Centros Agus-
tinianos
se especifica la identidad de un
centro educativo agustiniano, los objeti-
vos, la propuesta educativa de valores en
la escuela agustiniana, teniendo como
gran Maestro a San Agustín y recalcando
el diálogo y la colaboración del Equipo
educativo con la familia, mirando todos
en la misma dirección: Formar a vuestros
hijos para que el día de mañana sean
profesionales responsables, sean ellos
felices, y contribuyan al bienestar y a la
felicidad de los demás.
Tenéis un gran modelo de educa-
dor en vuestro Patrono Santo Tomás de
Villanueva: Buen hijo, muy estudioso,
excelente profesor y educador, y, so-
bre todo, un gran Santo solidario que
siempre se preocupó de ayudar a todos,
especialmente a los más necesitados.
Recibid un saludo de quien os recuerda
con afecto.
n
P. Isidro de la Viuda Díez
Prior Provincial
Papel de la familia y del colegio en la educación
I,II,1 3,4,5,6,7,8,9,10,11,12,...130
Powered by FlippingBook